¿No les ha pasado a ustedes que tienen un día de ésos en que todo te da pereza? En valenciano, decimos:
quina gossera que tinc. Quina mandra tot, tú.
Pues así estoy yo. Gosso perdido. Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, a las 7 de la mañana: uf. Es lo único que he dicho. Uf. Es que ni me he cabreado. Porque hay días en que te levantas ya enfadado, ¿verdad? Pues yo, ni eso. Directamente: uf.
No me han dado ganas ni de estamparlo contra la pared ni nada. Sólo uf.
Y así llevo toda la mañana, con el uf a cuestas. Mi jefe me ha pedido esta mañana que le preparase no sé qué y voy le digo: Paco,… Uf. La comercial, Carmen, me dice: tienes que grabarme unas cuñas. Y yo: uf. Tenía que hacer una entrevista a… No me acuerdo a quién y yo… Uf.
Y me he tomado cuatro cafés ya. Estoy por pedir una baja laboral. La excusa:
ufismo. Cuando me pregunte el médico me pregunte que qué me pasa, yo le diré: doctor, tengo
ufismo. Y me dirá: ¿Cómo?
Y yo: uf.
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Carlos Fuster, licenciado en Historia por la Universitat de València, recuerda en "Protagonistas Gandia" la fecha del 18 de julio, día del alzamiento nacional, como se decía antes. Vamos a rebuscar en nuestro pasado y conoceremos cómo se vivieron aquellos días terribles en nuestra ciudad. Puedes descargarte la entrevista haciendo clic en el siguiente enlace:
guerra_civil_gandia_18-07.rarA Carlos puedes leerlo en el siguiente blog: charlifuster.blogspot.com.
Además, recibimos una nueva carta de nuestra amiga Marietta de los Espíritus. Ahí la tenéis.
MARIETTA Y LOS EDIFICIOS PROTEGIDOS
Mi queridísimo Paco:
Hállome desolada. Afligidísima. Compungida. Devastada. Derruida, y nunca mejor dicho.
Nos han quitado el
Liberty. Aparte de afectarme en lo más hondo de mi propio ser, la demolición ha sido motivo para una nueva discusión política debido a que el Bloc había pedido que ciertos edificios, entre los cuales se encontraba el que albergaba la mítica cafetería, fueran protegidos por su singularidad arquitectónica. Pues con éste no ha valido ni singularidad ni porras. Todo abajo.
Conste que yo, de arquitectura, no tengo ni idea. Bueno, no tengo ni idea de nada así, en general. Pero, de arquitectura, todavía menos, ¿verdad? A mí me sacas de Calatrava, que es el único que sale en Canal 9, y me pierdo. Total: que no tengo ni idea de si esos edificios a proteger son dignos de ello o no, ¿verdad?
Pero el
Liberty… No sé si tendrá algún valor arquitectónico, pero te puedo asegurar que para mí tenía un valor que iba más allá de lo sentimental. Le estoy tan profundamente agradecida que ni viviendo siete reencarnaciones podría devolverles todo lo que ellos me han dado.
Te preguntarás qué hicieron por mí que tanto sufro por su pérdida. Pues yo te lo voy a decir, ¿verdad? Al fin y al cabo, para eso me pagas.
¿Qué va a hacer ahora mi suegra, mi queridísima y nunca bien alabada suegra, sin su
Liberty? ¿Dónde se gastará ella ahora los 100 euros que se dejaba en sus tragaperras? ¿Dónde se hará a escondidas las cazallas que ella siempre ha negado tomar, pero que a mí no me engañaba porque el aliento, cada vez que se me acercaba, me dejaba el pelo blanco? ¿Dónde jugará ahora a las cartas, apostando incluso, algo que su psicólogo le había recomendado evitar como parte de su tratamiento contra la ludopatía?
A mí no me da pena que le hayan quitado un lugar de reunión a la mujer. ¡La que me doy pena soy yo, que ahora tengo que aguantarla en casa todas las tardes! Eso es terrorismo psicológico de primer orden. ¿Qué hace la O.N.U. mirando para otro lado?
Nadie sabe el infierno por el que estoy pasando. Mis nervios andan destrozados, tengo la tensión por las nubes y ¡hasta he engordado!
Y tú dirás, igual que dice mi santo esposo: no será para tanto. Y yo te diré: ni te lo imaginas. “Samuel, cariño, tu madre no es como tú te crees”. Y él me dice: “Marietta, por favor, que estás hablando de la madre que me parió”.
¡Oh, no tienen derecho a hacer lo que han hecho con nuestro Liberty!
Afectuosamente,
Marietta de los Espíritus
