Jet lag

Volvemos de las vacaciones de Semana Santa y no sé si se han dado cuenta de un fenómeno que se repite siempre a la vuelta de un periodo de descanso: el tren Gandia-Dénia. De esta infraestructura sólo se habla cuando regresamos de las vacaciones. Sólo que, en esta ocasión, hay una variable que añadir: tenemos un nuevo Ministro de Fomento. A las pocas horas de tomar posesión del cargo, al nuevo ministro se le acumula la faena. Debe de tener encima de su mesa como dos millones de cartas cuyo asunto principal podríamos resumir con este interrogante: ¿qué hay de lo mío?

Hace tiempo que perdimos la cuenta del tiempo que llevamos pidiendo el dichoso tren. Al paso que vamos, antes inventarán la teletransportación o viajaremos en naves espaciales.

Lo que nos llama la atención es la oportunidad del gesto de algunos de nuestros representantes pidiendo la línea de tren cuando han estado pasándose la pelota (los vagones) unos a otros. Y, de repente, es una prioridad, es urgente que estemos unidos por tren con la capital de La Marina Alta.

¿Será el nuevo ministro sensible a las demandas de las dos comarcas implicadas? ¿Será la Generalitat quien, finalmente, se encargue de su construcción (total, por un poco más de deuda)?

¿Se trata de un problema de competencias o de dinero?
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L’Alcalde de Gandia, José Manuel Orengo, ha dit hui que “sembla que la reunió d’ahir a Dénia”, entre el conseller d’Infraestructures, Mario Flores, i l’alcaldessa del PP Ana Kringe, “és una excusa de la Generalitat per a eixir-se del projecte del tren Gandia-Dénia que li compet i que durant tants anys ha estat prometent” el Govern valencià. Orengo ha reclamat a la Generalitat “responsabilitat” i que “traga del debat partidista” el tren Gandia-Dénia:


Paula vuelve a la carga con su quincenal "Informe López" y hoy nos da a conocer las increíbles respuestas (reales) que algunos alumnos con déficit de atención y superávit de fantasía ofrecen en sus exámenes:
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Raulet el Artillero nos invita hoy a conocer Lisboa, una capital que ofrece múltiples alicientes a los que la visitan. Es obligado cenar en una casa de fados, probar el bacalao y los pasteles de Belém, subir en uno de sus tranvías o montar en el elevador de Santa Justa. Pero, sobre todo, conocer a sus habitantes, de una amabilidad y hospitalidad de la que pocos europeos pueden presumir:
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En el "Punt de lectura" d'este dimarts Paco Llopis ens recomana la lectura de "Tutankhamon", al darrera novel·la de Christian Jacq, un dels majors experts de la cultura egípcia: