Por fin. Casi seis meses después, los Reyes Magos han llegado a la ciudad de Gandia con la anestesia epidural debajo del brazo (o encima del camello, según se mire). Hay que ver lo que ha cambiado la historia: ahora Sus Majestades de Oriente traen la epidural en vez de oro, incienso y mirra (aunque, al fin y al cabo, ¿para qué sirve la mirra?). En este caso, el Rey Mago es el Conseller de Sanidad, Manuel Cervera, que ayer vino a inaugurar el centro de salud del Real de Gandia. Allí anunció que habrá asistencia de anestesia epidural a partir del mes de junio, mañanas y tardes, en el hospital Francesc de Borja. Pero, ojo, que no se crea ahora la gente que le van a dar anestesia epidural a todo el mundo. Qué va. Sólo a aquellas que lo necesiten. Por ejemplo, a mí no me la van a poner.

Desde ahora, las mujeres podrán decir adiós a aquella sentencia bíblica que decía: “parirás con dolor”. Reconozco mi ignorancia en torno a temas bíblicos, pero me pregunto de dónde salió esta frase. ¿Sería un hombre el que lo dijo? ¿O una mujer? Porque todos sabemos que no hay nadie que odie más a una mujer que otra mujer. Y que, a veces, hay mujeres que son más machistas que incluso algunos hombres.

Pues se acabó. Ahora ya no hará falta sufrir mientras las mujeres dan a luz a sus hijos. Aunque, de un tiempo a esta parte, se ha puesto muy de moda parir de un modo natural. O sea, a lo bruto, en casa, a ser posible. Como en las películas: ¡rápido, rápido! ¡Traed toallas y agua caliente! ¿Y qué me dicen de la moda de parir bajo el agua? Sí, si será todo lo natural que ustedes quieran, pero si por la naturaleza fuera a los 30 o 40 años ya habríamos cumplido nuestro ciclo vital de sobra.
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Esta es la carta que el buzón de Protagonistas Gandia recibía esta semana de Marietta:


Mi queridísimo Paco:

Mira que me lo habían advertido, que no vayas, que ni te acerques, Marietta, que la lías, que al final la acabas armando. Y yo, que no, que no tiene por qué pasar nada, que yo controlo. Samuel, por ejemplo, que se supone que debe apoyarme en todo, que para eso es mi marido, y que para algo lo prometió el día de nuestra boda, me soltó: “que no está hecha la miel para la boca del asno”. “¿Me estás llamando burra?”, le grité yo mientras le arrojaba media vajilla a la cabeza.
Así que, finalmente, decidí colarme en la fiesta de presentación de la revista “Què bona!” de la Asociación de Fideuà de Gandia y Gastronomía. No todos los días puede verse una rodeada de VIPS como la biznieta de Sorolla o el gran cocinero catalán Ramon Freixa o, incluso, el alcalde de la ciudad. Y tú ya sabes que a mí me tira más un famoso y una cámara que a Anita Obregón un yogur polaco, ¿verdad?
Lo malo de no ser invitada a un sitio es que corres el riesgo de que no seas admitida. En cambio, lo bueno de ser una mujer guapa es que siempre puedes agarrarte del brazo de algún caballero solitario al que le guste ser visto en compañía de una buena moza como yo y colarte como si tal cosa. Lo malo de ser una chica que no ha sido invitada y que se agarra del brazo de un soltero necesitado es que al final acabas arreándole un guantazo al caballero porque tenía la manita muy larga.
Pero, qué le vamos a hacer. Son gajes del oficio, ¿verdad?
He de decir que mereció la pena aquel pequeño contratiempo porque me hice amiguísima de Blanca Pons Sorolla, la mismísima biznieta del mismito Joaquín Sorolla. No descarto, además, convertirme en marchante de arte porque, visto lo visto, eso de la pintura da mucha pasta. Empezamos a charlar sobre arte (bueno, en realidad, ella hablaba y yo asentía, que es una de las reglas básicas si quieres quedar bien en determinados ambientes) y, al final, acabamos comentando lo mucho que nos gustan las tellinas. Quién me lo iba a decir: amigas gracias a una tellina. Aunque ahora no sé qué pensar sobre la fortaleza de nuestra amistad, porque no hago más que llamarla al número de teléfono que me dio y me salta una voz que dice que el número marcado no existe.Pero lo mejor de la fiesta fue, sin lugar a dudas, cuando pusieron en marcha unas enormes fuentes de chocolate blanco y negro en las que podías mojar fruta fresca y golosinas. Si dijera que me puse como una cerda quedaría como una ordinaria. Pero es que a ti, mi querido amigo, soy incapaz de mentirte. Literalmente, me puse como una cerda. Fue ver brotar chocolate de aquellas enormes fuentes y tirarme en plancha. Cuando llegué a casa y Samuel vio mi vestido lleno de manchas de chocolate y mis ojos como inyectados en sangre por la lujuria y el ansia desatada por aquel manjar de dioses, sólo acertó a decir: ¿has visto en lo que te has convertido? Mañana mismo te ingresas en una clínica de desintoxicación.

Afectuosamente,
Marietta de los Espíritus

Haz clic aquí si quieres escucharla:
http://francis.apolo.googlepages.com/marietta21-05-08.mp3


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Joan Millet es el autor del cartel anunciador de la Fira i Festes de este año. El artista presenta a un Tío de la Porra semidesnudo, mirando al Mediterráneo, con un gran tatuaje en el hombro.