miércoles, 4 de junio de 2008

Cuando uno creía que ese tipo de noticias sólo se daban en países del tercer mundo, resulta que no, que ha pasado bien cerquita de casa. Hablamos del caso de la mujer de Piles que vendió a su bebé por 5.000 euros a un matrimonio de Cullera. Y uno se pregunta qué lleva a una madre a hacer eso con su hijo recién nacido. Y también se pregunta qué lleva a una pareja a pagar por tener un bebé. También uno se pregunta si hay gente que se acaba de caer del guindo porque esta pareja no sabía que esto era un delito. Porque, definitivamente, creer que uno puede seguir adelante con esa farsa sin que, más tarde o más pronto, terminen pillándote.

Mientras, Gandia celebra su fiesta de la fideuà, el plato más conocido de la gastronomía local. Excelentes cocineros se darán cita desde ya en el Hotel Bayrén de la playa para confeccionar sus platos de fideuà y otros platos que forman parte del concurso de gastronomía. Allí se da cita el todo Gandia: políticos y representantes de todos los colectivos de la ciudad disfrutarán, entre plato y plato, del arte culinario.

Sin duda, los cocineros están de moda. Y fíjense que he dicho “los cocineros”, en masculino. En esto, como en casi todo, las medallas se las terminan poniendo los hombres.

Cuando todo el mundo sabe que las que de verdad saben de cocina son nuestras madres y abuelas.
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Manela Fernández, directora del Campus de Gandia de la Universidad Politécnica de Valencia, vino a los estudios de Punto Radio para presentarnos el campus de verano que arranca el próximo lunes, un programa que amplía las posibilidades de formarse fuera del curso académico.
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Esta es la carta que la bandeja de entrada del correo de "Protagonistas Gandia" recibía esta mañana: la carta semanal de Marietta de los Espíritus:

Mi queridísimo Paco:

Mira que una lo intenta y pone de su parte, pero no hay manera. Aunque no lo parezca, el verano está ahí, a la vuelta de la esquina, con sus abrasadores rayitos de sol asomando tímidamente, y los cuerpos empiezan a despojarse de la ropa sobrante, con lo que aquellos que no podemos lucir cacha con orgullo sentimos el peso de la mala conciencia sobre nuestras cabezas. A saber, que los pecados de la gula y la pereza han hecho mella en nosotros y así nos va, ¿verdad?
Y vuelvo a repetir que yo lo intento, que me pongo a dieta y que, a veces, incluso, practico un poco de ejercicio, pero es que… ¡no me dejan! ¡El mundo entero está en contra mía! ¡Soy la Federica Jiménez Losantos de La Safor! ¡Todos conspiran en mi contra!
La semana pasada asistí a una de las actividades organizadas en el Paseo Germanías con motivo de la celebración del Día Nacional de la Nutrición que, este año, buscaba desmontar el mito de la dieta milagro tipo “de la alcachofa”, “de la piña”, “del sugus de tomate” o “la disociada”, que prometen rebajas de peso espectaculares sin apenas esfuerzo. Allí, en mitad del paseo, te enseñaban cómo debe ser una dieta sana y equilibrada. No hay secretos: comer poquito de mucho y hacer un poco de deporte, ¿verdad?
Tomé mis apuntes dispuesta a ser más sana y más bella (que, al fin y al cabo es de lo que se trata), y me fui a comprar una pequeña báscula digital con la que pesar los alimentos de mi nueva y definitiva dieta. Y me encuentro con que, por la noche, debo asistir a la presentación de un libro en la que, por supuesto, se ofrece un ‘vi d’honor’. Que si un canapé, que si una copita de vino… Y, claro, adiós a mis buenos propósitos. Al día siguiente, ‘sopar de germanor’ en no sé dónde; un día más tarde mi amiga Raquel, de entre todas mis amigas la más sociable, me invita a colarme en una cata de vinos organizada dentro de los actos del Concurso de Fideuà de Gandia y Gastronomía… Que el vino es buenísimo para el corazón, pero si lo tomas en exceso agarras unas cogorzas de campeonato. Claro, para evitar ir doblándote por las esquinas comes un poquito de aquí, un poquito de allá…
Total, que aquí tengo, instalados en mis cartucheras, dos kilos más, conseguidos en menos de una semana.
A este paso, llegará el verano y ya me veo yendo a la playa en grúa.

Afectuosamente,
Marietta de los Espíritus

Y si haces clic en el play, podrás escucharla:


Mayca Castro, nuestra psicóloga favorita, nos habla de la tan temida crisis que nos tiene a todos con el corazón en un puño:

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