Ayer, en la Universitat d’Estiu se habló de filosofía. La pregunta que se hacían era: ¿para qué sirve la filosofía? Y se respondían que no servía para nada, que no tenía una utilidad palpable, demostrable. Y yo creo que la filosofía sirve para preguntarse para qué sirve la filosofía y poder ir haciendo bolos por diferentes universidades de verano que llenan la geografía española. Un saludo afectuoso para todos los amantes de la filosofía que puedan estar escuchándonos. Como se decía antes: el saber no ocupa lugar, no como los aparatos de abdominales, que no vean el sitio que ocupan en casa. Que lo gastas dos días y al tercero ya no sabes dónde ponerlo. Con los aparatos de gimnasia pasa lo que con la filosofía, que te preguntas para qué sirven.

Reflexionaba sobre esto cuando vi en una revista un artículo escrito por Eduard Punset, este señor que presentaba el programa “Redes”, cuyo titular decía “¿Qué hace falta para ser feliz?”. Y pensé: pues ya está claro, la filosofía sirve para escribir artículos de prensa.

Y me pregunté qué es lo que hace falta para ser feliz y sólo me venía la mente aquella canción que decía que tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Pero, claro, eso depende: si la salud es mala, ¿para qué la quieres?; si el dinero es escaso, ¿de qué te sirve?; y, por último, si el amor no es correspondido, ¿para qué seguir aguantando?

Total, que me respondí: la filosofía sirve para lo que sirve el resto de cosas.

Para lo que tú quieras que sirva.
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Juntos recorrieron cuatro continentes cargados apenas con una mochila. Durante cinco meses acumularon experiencias y anécdotas de ésas que animan cualquier velada con amigos. Se llaman Christian y Oliver y contaron su día a día en un blog que podéis consultar desde aquí: oliverichristianpelmon.blogspot.com
Escucha aquí la entrevista:

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Esta semana he llegado a la conclusión de que mi colaboradora de teatro, Laura Moise, está loca. Juzgad vosotros mismos: