Como saben, la Policía Local viene exigiendo desde hace unas semanas mejoras laborales y un aumento salarial. Y lo hace de una manera digamos poco ortodoxa. En uno de los plenos del Ayuntamiento de Gandia se manifestaron disfrazados de Rambo. Coincidiendo con la visita de la vicepresidenta del Gobierno a nuestra ciudad, pidieron permiso para manifestarse y se les denegó. Y el pasado viernes se pudo ver a un grupo de policías travestidos de criadas en la playa de Gandia exigiendo esas mejores en el trabajo. Iban de criadas porque el alcalde Orengo había dicho que ya podían disfrazarse de Gracita Morales que si no trabajaban más horas no había nada que rascar.
Nos parece muy bien que un grupo de trabajadores se manifieste por lo que crean justo, pero, sinceramente, creemos que esta última actuación se la podían haber ahorrado porque pierden toda credibilidad. Está claro que a los que no les habrá hecho mucha gracia esta manifestación de policías con cofia será a los responsables turísticos de la ciudad y a algún que otro empresario más preocupado por salvar un verano crítico.
Nos preguntamos qué será lo próximo y de qué se disfrazarán.
Ahora, cuando nos pongan una multa, no sabremos si están de broma. La famosa figura de “respeto a la autoridad” también hay que ganársela.
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Las organizaciones que integran Comercio Justo Uruguay promueven distintas estrategias para desarrollar la distribución de artículos desde los pequeños productores hacia los consumidores, divulgando y aplicando los valores que representa el movimiento de Comercio Justo a nivel internacional. Se busca eliminar la intermediación excesiva y promover el establecimiento de relaciones solidarias entre consumidores y productores. Nos visitó su presidenta, Zulma Perdomo, que además nos habló de un interesante proyecto conocido como "Viviendas para el retorno".
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