La actualidad, lejos de sacudirse, se deja caer. Porque mira que es aburrido el verano. Debería estar prohibido trabajar en verano. Los tres meses, ¿eh? Nada de quince días ni un mes. Los tres meses.
Porque a nadie se le ha ocurrido ningún estudio aún pero estoy seguro de que si lo encargaran, llegarían a la conclusión de que el verano es improductivo total.
El verano es para no hacer nada, para dejarse caer, para hacer siesta y comer sandía, para tomar horchata y bañarse en el Mediterráneo. El verano es flower power, dolce far niente, mirar a las musarañas y dejar que la cabeza le dé vueltas a tonterías como: ¿por qué a los mosquitos les encanta revolotear de noche por tus orejas?
El verano es la época perfecta para preguntarse chorradas, porque durante el resto del año estás pendiente de Hacienda, del colegio de los niños, del atasco, de madrugar…
¿Sabían que hay un movimiento denominado “slow”, que quiere decir lento en inglés, que reivindica un estilo de vida más… digamos reposado? Pues eso, ‘slowícense’.
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Esta semana Raulet el Artillero quiso llevarnos a una de las ciudades más bellas de España: Santiago de Compostela. Si os es posible, visitadla en otoño: hay menos turistas.
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