Pues resulta que se ha descubierto que la sandía provoca los mismos resultados que la famosa Viagra. Con lo que cuestan las dichosas pastillas y resulta que en la naturaleza teníamos un remedio estupendo y baratísimo para cuando al amiguito no le da la gana funcionar. Como veo que estoy empezando a ponerme ordinario, voy a intentar enderezar el asunto… Bueno, la cosa no funciona así exactamente, no se pongan a comer sandía ahora como si se acabara el mundo. Al parecer, alguno de sus componentes sirve para combatir la disfunción eréctil. Mira que si la fruta por excelencia del verano se convierte en fruta prohibida, como la manzana de Eva. Que hay que ver la manía que le entró a Eva con la dichosa manzana. Con lo ricas que están las peras. Pues no, ella quería manzana. Si es que cuando una mujer se pone caprichosa… Porque en este país a la que se le descubre una característica sexual a lo que sea, se prohíbe o se convierte en clandestino.
Aunque, si quieren que les sea sincero, jamás he notado que creciera cierta parte de mi cuerpo tras comerme una raja de sandía, con perdón. Y no conozco a nadie que le haya pasado esto. Porque después de comer sandía, lo único que le crece a uno es la barriga. Y con tanto líquido dentro resulta complicado tener otro deseo que no sea el de ir al baño a… deshincharse.
Y si la sandía tiene algo que combate la disfunción eréctil, ¿en qué modo afecta ésta a las mujeres? Porque algo les hará, ¿no? ¿O es que la sandía es también machista?
¿O acaso a las mujeres sólo les gustan las manzanas?
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Con Laura Moise comentamos el Sagunt a Escena que arranca este próximo sábado. Escucha nuestras recomendaciones para el festival:
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